Durante décadas, los Manuscritos del Mar Muerto han sido un rompecabezas sin resolver. Estos textos, fundamentales para la tradición judía y cristiana, comenzaron a emerger en 1947 en las cuevas de Qumrán, cerca del mar Muerto, y desde entonces han sido objeto de intensos estudios. Pero ahora, una herramienta revolucionaria ha entrado en escena: Enoch, una inteligencia artificial desarrollada por investigadores de la Universidad de Groninga, Países Bajos.
Un rompecabezas milenario al que la IA empieza a dar forma
Los Manuscritos del Mar Muerto comprenden más de mil textos, muchos de ellos fragmentados. Hasta hoy, datarlos con precisión ha sido una tarea compleja, combinando métodos como la paleografía y la datación por radiocarbono. Sin embargo, esta nueva IA ha permitido asignar fechas más precisas a 135 manuscritos, adelantando en muchos casos su redacción entre 50 y 150 años respecto a las estimaciones previas.
¿Qué es Enoch y cómo fue entrenada?
El modelo fue bautizado como Enoch en referencia al personaje bíblico del Génesis, aquel que “caminó con Dios”. Desarrollado por el Instituto Bernoulli de Inteligencia Artificial, Enoch fue entrenado utilizando imágenes digitalizadas de 25 manuscritos previamente datados por carbono-14. La IA no analiza el contenido, sino las formas de las letras, los trazos y los estilos de escritura hebrea y aramea.
Gracias a su entrenamiento, Enoch logró ubicar cronológicamente 24 de los 25 manuscritos iniciales. Luego, fue puesta a prueba con 135 rollos adicionales, y sus resultados coincidieron en un 79% con las dataciones aceptadas por expertos paleógrafos.
Resultados sorprendentes: manuscritos más antiguos de lo que se creía
Hasta ahora, se pensaba que los rollos se escribieron entre el 250 a.C. y el 60 d.C. Sin embargo, los nuevos hallazgos sugieren que muchos textos fueron redactados mucho antes. Este cambio de cronología tiene implicaciones profundas, ya que podría modificar la manera en que se interpreta el desarrollo de ciertas ideas teológicas y sociales dentro del judaísmo del Segundo Templo.
Precisión cronológica sin dañar los documentos
Uno de los avances más relevantes de Enoch es su capacidad para datar manuscritos sin recurrir a métodos destructivos. La datación por radiocarbono requiere extraer y destruir una porción del pergamino. Enoch, en cambio, trabaja con imágenes escaneadas, preservando intactos los valiosos fragmentos escritos sobre piel de oveja o papiro.
Una nueva era en el estudio de textos sagrados
En 2021, los mismos investigadores ya habían utilizado IA para analizar el Gran Rollo de Isaías, descubriendo que fue escrito por dos autores diferentes. Ahora, con Enoch, no solo se puede identificar estilos de escritura, sino también estimar la edad de los textos con una precisión inédita.
El profesor Lambert Schomaker, uno de los coautores del proyecto, destacó que esta tecnología representa un salto cualitativo en el estudio de manuscritos antiguos: aporta objetividad a una disciplina tradicionalmente interpretativa y subjetiva.
Implicancias futuras y acceso abierto a investigadores
Según Mladec Popović, director del Instituto Qumrán y especialista en los Rollos de Qumrán, la herramienta está ya disponible para toda la comunidad académica. Esto abre la posibilidad de que otros equipos puedan utilizarla para estudiar los más de mil manuscritos descubiertos.
Aunque los resultados son aún preliminares, los investigadores creen que, al combinar IA, radiocarbono y análisis paleográfico clásico, se podrá comprender mejor el contexto histórico y cultural en que surgieron los textos bíblicos.
“Estudiamos las manos reales que escribieron la Biblia. Esta nueva datación nos da pistas sobre el entorno social de quienes los produjeron”, concluye Popović.