La séptima campaña de excavaciones en el yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo, en Guareña (Badajoz), ha deparado dos hallazgos arquitectónicos extraordinarios que refuerzan la visión de Tarteso como una civilización poderosa, avanzada y conectada con el Mediterráneo oriental. Los investigadores del CSIC, bajo la dirección de Esther Rodríguez y Sebastián Celestino, han descubierto:
27 fragmentos de una gran columna de mármol blanco, de 60 cm de diámetro, procedente de la isla del Proconeso (actual mar de Mármara, Turquía), una piedra utilizada siglos después en época romana.
Un pozo de acceso a una atarjea hidráulica, con tramos de hasta un metro de altura y más de 40 metros excavados, que demuestra una notable capacidad de ingeniería hidráulica en el siglo VI a.C.
Una columna que une Tarteso y Grecia
El mármol del que está hecha la columna —usado en el Templo de Artemisa en Éfeso o el Mausoleo de Halicarnaso— confirma conexiones culturales y materiales con el mundo griego. El hallazgo está rodeado de cerámica ática y objetos de bronce tartésicos, lo que permite datarlo con precisión. Además, la pieza conserva policromía original, con restos de azul egipcio y rojo, y marcas visibles del proceso artesanal, como agujeros de compás.
Rodríguez y Celestino no descartan que la columna funcionara como altar ritual, dado que fue hallada en una zona clave del edificio donde también aparecieron restos humanos y elementos religiosos en campañas anteriores. Ya en 2018, se descubrieron allí los pies de una estatua de mármol pentélico, otro material griego de altísimo valor.
La atarjea: evidencia de planificación hidráulica avanzada
El pozo y canal excavado refuerzan la idea de que la construcción del edificio tartésico incluyó sistemas hidráulicos desde su fundación. Esta infraestructura de 2.500 años de antigüedad sigue en estudio para determinar si funcionaba como sistema de drenaje, abastecimiento o ritual.
Poder, destrucción y ritual en Tarteso
Muchos de los elementos hallados, incluida la columna, fueron destruidos intencionadamente durante un ritual de cierre, que implicó el sacrificio de animales, un gran incendio y el sellado del edificio con arcilla. Este acto refleja el enorme simbolismo y el poder político-religioso del sitio, situado en la periferia de Tarteso pero dotado de recursos y capacidad organizativa para importar materiales desde los confines del Egeo.
Objetos únicos y misteriosos
En paralelo, el equipo ha recuperado un conjunto inédito de objetos metálicos aún sin identificar, posiblemente parte de algún mecanismo. También se hallaron un torno de alfarero, un jarro de bronce completo, un hornillo de la Primera Edad del Hierro, y piezas cerámicas excepcionales conservadas gracias al sellado de arcilla.
Una nueva visión de Tarteso desde Extremadura
El proyecto Construyendo Tarteso, impulsado por el Ministerio de Ciencia y la Junta de Extremadura, está cambiando la visión tradicional de esta cultura. Lejos de ser un mito, los vestigios del Turuñuelo demuestran que Tarteso fue una civilización con tecnología, comercio a larga distancia y una estructura de poder compleja.



