Descubren el gris pompeyano: un pigmento inédito en los frescos de Pompeya que revoluciona la historia del arte romano

El gris pompeyano: el nuevo color descubierto en los frescos de Pompeya

Pompeya, la ciudad romana sepultada por la erupción del Vesubio en el año 79 d. C., sigue revelando secretos que asombran a arqueólogos, científicos e historiadores del arte. Esta vez, el hallazgo de un pigmento desconocido hasta ahora ha abierto una nueva ventana al conocimiento técnico y estético de la pintura mural romana. El pigmento ha sido bautizado como gris pompeyano.


Un hallazgo inesperado en los frescos de Pompeya

El descubrimiento ha sido fruto de un trabajo conjunto entre el Parco Archeologico di Pompei y diversas universidades italianas, como la Universidad de Sannio y la Universidad Federico II de Nápoles. La investigación fue publicada en el Journal of Archaeological Science.

Los estudios se centraron en pinturas murales que datan del siglo III a. C. hasta la catástrofe volcánica del 79 d. C. Lo más sorprendente fue identificar un color que no figuraba en el repertorio cromático tradicional de Roma antigua: un gris profundo y matizado, nunca antes documentado.


Un color nuevo para el catálogo romano

El gris pompeyano contiene minerales como barita (sulfato de bario) y alunita, dos compuestos que no habían sido relacionados previamente con la pintura mural romana. Este hallazgo constituye la primera evidencia del uso del sulfato de bario en el arte del Mediterráneo antiguo.

Gracias a un enfoque no invasivo —basado en técnicas de microscopía y espectroscopía— se pudo analizar la composición de los pigmentos sin dañar las obras originales, lo cual representa también un avance metodológico importante para futuras investigaciones.


Implicancias artísticas y patrimoniales del descubrimiento

Este pigmento de tonalidad gris fue probablemente utilizado para dotar de realismo, volumen y profundidad a los frescos, creando contrastes sutiles que enriquecían la escena pictórica.

Hasta ahora, se creía que la paleta cromática romana se limitaba a colores como rojos, ocres, amarillos y negros, obtenidos de minerales como la hematita o el cinabrio. El hallazgo del gris pompeyano obliga a revisar esa concepción, revelando una mayor sofisticación técnica por parte de los artistas romanos.


Aplicaciones para la restauración y conservación del patrimonio

Además de su valor histórico y artístico, el descubrimiento tiene implicancias directas para el campo de la restauración de frescos. Conocer la composición exacta de los pigmentos originales permite desarrollar métodos de conservación más fieles, que respeten la integridad de las obras.

Este hallazgo se enmarca en un proyecto mayor de análisis sistemático de los pigmentos utilizados en las pinturas murales de Pompeya. Entre los espacios estudiados recientemente se destacan la Casa del Tiaso y la megalografía dionisiaca, donde también se encontraron restos del nuevo pigmento.


Un legado pictórico más complejo de lo que se creía

El gris pompeyano no sólo enriquece el legado artístico romano, sino que también nos recuerda que aún queda mucho por descubrir en los muros de Pompeya. Este pigmento es testimonio de una cultura visual más compleja, técnica y refinada de lo que se suponía.

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