La conquista de México bajo revisión: nuevas voces, nuevas historias sobre 1521
¿Quién escribe la historia? El poder de narrar el pasado
En Silenciando el pasado, Michel-Rolph Trouillot afirmaba que la historia no es solo lo que ocurrió, sino lo que se cuenta que ocurrió. Esa premisa guía una profunda revisión sobre lo que sucedió en 1521 en Mesoamérica. Aunque los hechos —como la llegada de Cortés a Veracruz o la caída de Tenochtitlan— son incontrovertibles, el poder de narrarlos ha moldeado su interpretación.
La historia, decía Trouillot, es un producto del poder. Por eso, analizar las fuentes no es solo un ejercicio académico, sino una forma de entender quiénes dominaron el relato y con qué fines.
A 500 años de la caída de Tenochtitlan: una batalla por la memoria
El 13 de agosto se conmemoraron los 500 años de la caída del imperio mexica. En los últimos años, investigadores, escritores y editoriales mexicanas han impulsado una revisión crítica de los relatos tradicionales que presentan este hecho como una simple victoria española.
Uno de los puntos clave de esta revisión ha sido cuestionar la credibilidad de Hernán Cortés y sus famosas Cartas de relación. El historiador Luis Fernando Granados, en su libro Relación de 1520, desconfía de estos documentos por no ser originales, estar escritos por distintas manos y responder más a fines políticos que historiográficos.
Cortés, la Malinche y los pueblos indígenas: ¿quién conquistó a quién?
En ¿Quién conquistó México? (Federico Navarrete, 2019), se plantea que Cortés no conquistó Tenochtitlan solo. Fueron sus aliados indígenas —tlaxcaltecas, cempoaltecas, cholultecas y otros— quienes hicieron posible la caída del imperio mexica. La figura de la Malinche también es reinterpretada como clave en este proceso.
La idea de una victoria exclusivamente española es, según Navarrete, una invención del propio Cortés para engrandecer su figura.
Bernal Díaz y otros cronistas: entre historia y ficción
Otro gran narrador oficial fue Bernal Díaz del Castillo, autor de la Historia verdadera de la conquista de la Nueva España. Sin embargo, en Cuando Moctezuma conoció a Cortés, el historiador Matthew Restall desmonta sus afirmaciones. El libro sostiene que Moctezuma no fue débil ni ingenuo y que Cortés no fue el estratega brillante que la historia tradicional nos ha enseñado.
De la “conquista” a las “conquistas”: una visión plural
Martín Ríos Saloma, en Conquistas (Sílex, 2021), propone abandonar el término “conquista” en singular. Su compilación de ensayos destaca la necesidad de recuperar las voces indígenas, femeninas y populares, generalmente ignoradas por la historia oficial.
Esta pluralización del término refleja la complejidad del proceso histórico y rechaza la idea de un evento puntual con protagonistas únicos.
Voces silenciadas: Chimalpahin y la escritura indígena
Camilla Townsend, en El quinto sol, pone el foco en Chimalpahin, un cronista indígena que, un siglo después de los hechos, escribió sobre la historia de su pueblo desde la iglesia donde trabajaba. Sus textos, junto con otros escritos en náhuatl, permiten reconstruir la memoria indígena y desmitificar tópicos como el sacrificio humano irracional o la supuesta pasividad mexica.
Nuevas narrativas desde la historiografía y la literatura
Historiadores como Pedro Salmerón (La batalla por Tenochtitlan) y Enrique Semo (La conquista, catástrofe de los pueblos originarios) destacan que lo ocurrido fue una guerra prolongada, no una simple conquista. Semo señala además el interés económico y colonial por reducir a los pueblos indígenas a comunidades controlables para el naciente capitalismo mesoamericano.
En la literatura y el cómic también se han producido nuevas visiones. Novelas históricas como La otra Isabel o El camino del fuego aportan perspectivas femeninas e indígenas. Y la novela gráfica La caída de Tenochtitlan de José Luis Pescador visualiza el conflicto con una fuerza simbólica distinta al texto escrito.
Conclusión: la historia como campo de disputa
A cinco siglos de distancia, la llamada “conquista de México” sigue siendo un campo de disputa. ¿Fue una guerra, una alianza, una traición o una invasión? Las respuestas dependen, como siempre, de quién las cuenta.
En el siglo XXI, no solo revisamos los hechos, sino también quiénes tienen el poder de narrarlos. Esa es la verdadera revolución historiográfica de nuestros días.